lunes, 14 de julio de 2008

Poesias de Juana de Ibarbourou

EL DULCE MILAGRO

¿Que es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen,
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos, y en ellas,
¡Oh, gracia! brotaron rosas como estrellas.

Y voy por la senda voceando el encanto
y de dicha alterno sonrisa con llanto,
y bajo el milagro de mi encantamiento
se aroman de rosas las alas del viento.

Y murmura al verme la gente que pasa:
-¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
¡Dice que en las manos le han nacido rosas
y las va agitando como mariposas!

¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
un milagro de éstos y que sólo entiende,
que no nacen rosas más que en los rosales!
¡Y que no hay más trigo que el de los trigales!

Que requiere lineas y color y forma
y que sólo admite realidad por norma,
Que cuando uno dice:-voy con la dulzura,
de inmediato buscan a la criatura.

Que me digan loca, que en celda me encierren,
que con siete llaves la puerta me cierren,
que junto a la puerta pongan un lebrel,
carcelero rudo, carcelero fiel.

Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
¡Y toda mi celda tendrá la fragancia,
de un inmenso ramo de rosas de Francia!

Juana de Ibarbourou



LA CITA
Me he ceñido toda con un manto negro.
Estoy toda pálida, la mirada extática.
Y en los ojos tengo partida una estrella.
¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!

Ya ves que no luzco siquiera una joya,
ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias.
Y hasta me he quitado las hebillas ricas
de las correhuelas de mis dos sandalias.

Mas soy esta noche, sin oros ni sedas,
esbelta y morena como un lirio vivo.
Y estoy toda ungida de esencias de nardos,
y soy toda suave bajo el manto esquivo.

Y en mi boca pálida florece ya el trémulo
clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Y a mis manos largas se enrosca el deseo
como una invisible serpentina loca.

¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante!
Bajo tu mirada surgiré como una
estatua vibrante sobre un plinto negro
hasta el que se arrastra, como un can, la luna.

Juana de Ibarbourou

TE DOY MI AMA
Te doy mi alma desnuda,
como estatua a la cual ningún cendal escuda.

Desnuda con el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor;
de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.

De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas,
que no sienten vergúenza del sexo sin celajes
y a quienes nadie osara fabricarles ropajes.

Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena
¡que tuviera una intensa blancura de azucena!

¡Desnuda, y toda abierta de par en par
por el ansia de amar!

Juana de Ibarbourou

Biografia de Juana de Ibarbourou

Juana de Ibarbourou



Juana de Ibarbourou
Juana de Ibarbourou
Poetisa uruguaya
Nacimiento: 8 de marzo de 1892
Melo, Cerro Largo, Uruguay

Juana de Ibarbourou (Melo, 8 de marzo de 1892/5 - Montevideo, 15 de julio de 1979), poetisa uruguaya.

Su nombre era Juana Fernández Morales, pero se hizo llamar Juana de Ibarbourou luego de casarse. Según diversas versiones, nació en 1892, aunque ella proclamaba haber nacido en 1895. Estas confusiones también existen con su nombre completo, Juana Fernández Morales o Morelos de Ibarbourou, pero el seudónimo literario 'Juana de Ibarbourou' es el más difundido. Su apellido fue adoptado de su marido, el capitán Lucas Ibarbourou, con quien se casó cuando tenía veinte años. Su padre era español, gallego, nacido en Lourenzá (Lugo), donde la biblioteca municipal lleva el nombre de la poetisa, y su madre pertenecía a una de las familias españolas más antiguas del Uruguay.

Alcanzó una gran popularidad en el ámbito hispanohablante por sus primeras colecciones de poemas. Fue electa miembro de la Academia uruguaya en 1947, y en 1959 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura, otorgado ese año por primera vez. Sus obras están marcadas por el modernismo y, temáticamente, tienden al amor de la maternidad, de la belleza física y de la naturaleza, que expresa con cierto lastre retórico.

Residencia de Juana de Ibarbourou. Funciona actualmente como museo
Residencia de Juana de Ibarbourou. Funciona actualmente como museo

Sus dos primeras colecciones de poemas, de estilo modernista, fueron "Las lenguas de diamante" (1919) y "El cántaro fresco" (1920). Tuvieron repercusión internacional y fueron traducidos a varias lenguas, al igual que otros poemas que les seguirían. La originalidad de su estilo consistió en unir el rico cromatismo con imágenes modernistas, dándole un sentido optimista de la vida, con un lenguaje sencillo, sin complejidades conceptuales, que redunda en una expresividad fresca y natural. A partir de entonces, publicó más de treinta libros, la mayoría de los cuales fueron colecciones de poesía, aunque escribió también memorias de su infancia como Chico Carlo (1944), y un libro para niños (ver Obras). Su amplia popularidad la hizo merecedora del sobrenombre de Juana de América, el que ella afirmó declarándose “hija de la naturaleza”.

Biografia tomada de: Wikipedia