En Mexico ya somos muchas las mujeres que somos el sustento de la familia, ya sea como mamas solteras o bien Divorciadas en muy pocos casos el hombre toma su parte de responsabilidad tanto en lo economico como en la educación, normalmente el hombre sigue su vida olvidando y dejando atras a la familia. y la mujer es la que tiene que salir adelante con miles de dificultades porque ademas de ser mama y papa las leyes aún no estan a su favor. por eso articulos como el que los comparto me llenan de esperanza.
Rosy Ocampo
Mujeres y ciudadanía económica
Las mujeres hemos demostrado una y otra vez, cada día y varias veces al día, nuestro sentido de responsabilidad. 70% de los hogares mexicanos reciben ingresos de una mujer. Más de 6 millones de hogares son encabezados por mujeres. Somos quienes mejor pagamos nuestras deudas.
Marzo 6, 2011
Por Josefina Vázquez Mota
El Día Internacional de la Mujer es un punto de convergencia para destacar nuestra participación en la vida política y económica y la importancia de garantizar nuestros derechos como mexicanas. Es una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, de manera mucho más lenta de lo necesario para la agenda de igualdad, para reconocer los actos de valor y decisión de las mujeres cada día.
Como ha expresado Amartya Sen, las mujeres estamos abandonando el papel de receptoras pasivas del desarrollo. Somos cada vez más agentes activas de cambio, promotoras de transformaciones que pueden mejorar nuestra vida y la de nuestras sociedades.
A la larga marcha por alcanzar la condición de ciudadanas con derechos humanos fundamentales reconocidos, siguió la brega por obtener nuestra ciudadanía política para ocupar espacios de representación y decisión, alcanzando el derecho al voto en 1953. Hoy enfrentamos el reto de construir una ciudadanía económica plena para todas las mujeres, y debemos volcar nuestros esfuerzos para que se reconozca esta urgencia para la prosperidad de nuestra Nación.
Nuestra creciente participación en la educación y en el trabajo remunerado no parece tener retorno, pero todavía se da en condiciones desventajosas.
Las mujeres hemos demostrado una y otra vez, cada día y varias veces al día, nuestro sentido de responsabilidad. 70% de los hogares mexicanos reciben ingresos de una mujer. Más de 6 millones de hogares son encabezados por mujeres. Somos quienes mejor pagamos nuestras deudas. Y la conquista de servicios públicos urbanos no puede entenderse sin la participación y liderazgo de las mujeres, quizás porque somos quiénes mejor entendemos, por ejemplo, la carga de no disponer de agua en las viviendas. Somos la tercera parte de su población ocupada (más de 16 millones de trabajadoras), pero enfrentamos un mercado laboral estratificado, con una elevada proporción de informalidad y con baja productividad. Nos hemos integrado al mercado laboral con salarios y prestaciones por debajo del promedio de la población ocupada. Actualmente ganamos 10% menos a igual trabajo y jornada laboral que los hombres.
Estoy convencida que no hay apuesta más importante para la igualdad, para la justicia y la prosperidad que una educación de calidad. Es en las aulas donde se fundamenta un piso de justicia e inclusión. Por ello, es crítico garantizar una educación sustentada en valores de igualdad de género. La educación es la puerta más importante de salida de la pobreza y la garantía de ampliar márgenes de libertad: nos liberamos de la ignorancia; de miedos; en gran medida nos liberamos de la desesperanza.
Sin embargo, hemos visto que para muchas mujeres, la educación no constituye, por sí sola, una garantía de acceso a otros recursos. Debemos recordar que las políticas públicas sólo tendrán un efecto sustantivo si derivan en más oportunidades de bienestar, en crecimiento y creación de riqueza.
Todo parece indicar que en nuestro país la educación no tiene sexo, pero las oportunidades si. El sueño igualador que sucede en las aulas escolares no ha dado paso a la igualdad de oportunidades para todos. Nuestras Naciones siguen desaprovechando buena parte de nuestros recursos sociales y de la inversión que se ha destinado a igualar y ampliar las oportunidades de educación. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, incrementar la participación de las mujeres en el ámbito laboral traería como consecuencia un incremento de 1% anual en el crecimiento del Producto Interno Bruto y aumentos en el ingreso per cápita en hasta 10%.
Tenemos que consolidar las legislaciones que erradiquen el acoso, hostigamiento o agresiones en el ámbito laboral. Debemos eliminar de una vez por todas la discriminación al prohibir la exigencia a las trabajadoras de certificados médicos de no embarazo para el ingreso o ascenso en el empleo. Tenemos que avanzar en nuevas formas de contratación, llamada flexibilidad laboral, para permitir que mujeres estudiantes o madres trabajadoras, que no cuentan con experiencia laboral o que desean contar con una jornada de trabajo flexible, puedan obtener un empleo, incluyendo las alternativas de teletrabajo, utilizando tecnologías de información y comunicaciones.
Aportamos no sólo trabajo, conocimientos y destrezas, sino además ingredientes adicionales de responsabilidad, compromiso y sensibilidad para atender las tareas y enfrentar los retos.
En los últimos 4 años se han establecido más de 9 mil estancias infantiles, con lo que se duplicó la oferta nacional de estos servicios para las madres trabajadoras. Pero se necesita ampliar aún más las oportunidades de participación económica y social de las mujeres: con políticas de la economía del cuidado infantil de calidad, que permitan a las madres capacitarse para el trabajo, buscar empleo, o trabajar fuera del hogar; ampliando las llamadas escuelas de tiempo completo, que permitan redistribuir las cargas de cuidado en toda la sociedad y que niños y adolescentes estén bien atendidos y aprendiendo por más horas; adaptando los horarios de los servicios públicos a las necesidades de trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares.
No podemos desperdiciar el capital humano que hemos conquistado. No podemos dejar de resolver la frustración de expectativas de movilidad social o el desencanto porque la inversión personal y familiar no resulte en un empleo.
Se ha establecido el Observatorio de la Mortalidad Materna para vigilar el avance en las acciones de reducción de las muertes de mujeres durante el embarazo. El Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos dentro del Seguro Popular de Salud, ha ampliado la atención del cáncer cérvico uterino y de mama como nunca antes en nuestro país. En el último año se realizaron más de 6 millones de citologías cervicales, y aunque en 2010 se reportaron casi 870 mil mastografía para prevenir el cáncer de mama, 43% más que el año previo, ésta es un área crítica para la salud de las mujeres en que debemos reforzar urgentemente los presupuestos para esta tarea así como la rendición de cuentas de los servicios en las entidades federativas.
En 2007 se estableció en México la Ley General para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Sin embargo, debemos seguir trabajando para frenar la impunidad de quienes cometen actos de violencia, que es más aguda y suele encontrar mayores complicidades cuando se trata de agresiones contra las mujeres. Reiteramos además nuestro compromiso por consolidar las leyes para prevenir y castigar la trata de personas, que es un delito tan serio como el secuestro.
Las acciones en los espacios laboral y de la justicia, necesariamente deben estar acompañadas de la expansión del acceso a los derechos de propiedad y al financiamiento para los ciudadanos y las ciudadanas. Las mujeres aspiramos al acercamiento del crédito y la formalización de nuestro patrimonio. Así se impulsa la superación de la pobreza y la ampliación y consolidación de las clases medias.
Estamos frente al enorme reto de construir un nuevo andamiaje institucional que hasta ahora ha quedado pendiente. Una institucionalidad con una cultura de dignidad y oportunidades para nosotras. Las instituciones son el sustento de la vida democrática y la única garantía para hacer viable el futuro sin el riesgo de una regresión a prácticas discriminatorias y de exclusión. Se trata de desarrollar entornos sociales de corresponsabilidad.
La ciudadanía no está completa sin la ciudadanía económica. Nuestra apuesta debe estar del lado de dar poder económico a las ciudadanas, darles la posibilidad de que con su esfuerzo propio y márgenes de libertad más amplios, puedan ser consumidoras de aquello que les permita una vida más digna y certera.
No es momento de administrar inercias. La ampliación de la ciudadanía económica no es un asunto solamente de las mujeres, sino que es un tema clave para la prosperidad, la justicia y el desarrollo. No puede descuidarse el potencial social y económico de la mitad de la población.
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domingo, 6 de marzo de 2011
Mujeres y ciudadania economica por Josefina Vazquez Mota
viernes, 5 de septiembre de 2008
Día de la Revolución Preguntas del Pueblo
Publicación del jueves 21 de noviembre de 1995
Día de la Revolución
Preguntas del pueblo
Macedonio MARTIN HU
Hoy 20 de noviembre se cumple el 85o aniversario del estallido del Movimiento Revolucionario de 1910, considerado por los estudiosos de las ciencias sociales como el movimiento social de mayor trascendencia en la vida nacional del presente siglo. En esa lucha armada los caudillos enarbolaron, entre sus demandas más sentidas, los sueños e ilusiones de un pueblo que clamaba por disfrutar condiciones de vida más humanitarias.
El propósito que perseguían los próceres que encabezaron esta revolución era acabar con un sistema de gobierno caduco que; aferrándose del poder, negaba el cumplimiento de los principios de la libertad, así como la instauración de la democracia.
El maestro Jesús Silva Herzog, en su libro: "Breve Historia de la Revolución Mexicana", cita lo siguiente: "la causa fundamental de ese gran movimiento social que transformó la organización del país en todos o casi todos sus variados aspectos fue la existencia de enormes haciendas en poder de unas cuantas personas de mentalidad conservadora o reaccionaria".
Los ideólogos de la Revolución proponían terminantemente acabar con el papel protagónico del General Porfirio Díaz Mori, fundamentando sus objetivos en la necesidad de combatir la injusticia, acabar con la miseria que agobiaba a grandes sectores de la población y enfrentar el despotismo que caracterizaba el largo período de la administración porfirista. Otra inconformidad popular era provocada por el sistema de trabajo de las masas obreras y se luchaba también para desterrar el trato infrahumano de los hombres, mujeres y niños que sufrían la vergonzante explotación en la industria minera.
El porfirismo se mantuvo muchos años en el poder porque contaba con el apoyo de los grandes terratenientes, banqueros, industriales, el odiado grupo de los científicos y los sempiternos caciques políticos que aprovechando la impunidad y utilizando todo tipo de represión mantenían en control de importantes regiones del país. Todos ellos se negaban a impulsar los cambios en la administración pública por la sencilla razón de que gozaban plenamente de bienestar y de riqueza al amparo de la paz impuesta por el anciano caudillo oaxaqueño. Los dueños del gran capital, en su mayoría de procedencia extranjera, dominaban las empresas mineras y las fábricas de hilados y tejidos, disfrutaban de innumerables privilegios y por estas poderosas razones se deshacían en elogios a las bondades del régimen y de las cualidades del viejo general.
Frente a la octogenaria figura del dictador, en cuyo pecho gustaba lucir numerosas condecoraciones, empezó a emerger la personalidad de Francisco I. Madero, quien, en sus discursos, hablaba con sinceridad y valentía al pueblo de México, que tenía hambre de pan y de tierra, hambre de justicia y hambre de libertad. Un ejemplo de los discursos temerarios de Madero es el que pronunció en la ciudad de Orizaba, Ver., el 22 de mayo de 1910. En esa ocasión expresó: "El edificio de la Dictadura ya se bamboléa, ya vacila, ya está próximo a derrumbarse y no podrá resistir el primer embate del pueblo".
Ante la intransigencia del general Díaz de ocupar nuevamente la Presidencia, mediante una nueva reelección en los comicios realizados el 26 de junio de 1910, en medio de una paz impuesta por medio del terror, se agravó la efervescencia política. El grupo revolucionario había crecido en virtud de la inconformidad general y la clara indignación del pueblo por la fraudulenta reelección del hombre que en su juventud defendió con gran valor la soberanía nacional ante la invasión extranjera. Por una de sus hazañas militares se le conoce en la historia patria como el "Héroe de la Batalla del 2 de abril".
Como resultado de esa crítica situación, se invitó al pueblo a levantarse en armas con la publicación del Plan de San Luis, firmado el día 5 de octubre de 1910 en la ciudad de San Luis Potosí por Francisco I. Madero, plan que en su parte medular dice: "Conciudadanos: Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura...".
A 85 años de distancia la sociedad mexicana con honda preocupación emite los siguientes interrogantes: ¿El pueblo de México ha superado las carencias por la que se sacrificaron más de un millón de compatriotas? ¿Se está cumpliendo cabalmente con la justicia social? ¿Existe limpieza en las elecciones? ¿Continúan vigentes los postulados de la Revolución Social Mexicana?- M.M.H.- Mérida, Yucatán, noviembre de 1995.Publicado en Diario Yucatan por: Macedonio MARTIN HU

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La Revolución Méxicana "Importancia en la Historia"
Publicación del jueves 20 de noviembre de 1997
La Revolución Mexicana
Importancia de la historia
Macedonio MARTIN HU
La libertad es un bien precioso sólo concedido a los pueblos dignos de disputarla, a los que la han sabido conquistar luchando valerosamente contra el despotismo -Francisco I. Madero González El 20 de noviembre se cumplen 87 años del inicio del movimiento social que apartó del poder al general Porfirio Díaz Mori, indio mixteca que por su larga permanencia en la Presidencia de la República creyó ser el único, el indispensable para mantener las riendas del gobierno hasta su muerte. Para este fin mucho contribuyeron las actitudes lacayunas de sus aduladores en todo el país, particularmente caciques regionales y grupos militares.En el último tercio del siglo XIX, y en los umbrales del presente, México, como país naciente hacia la modernidad, se debatía en un conflicto económico, político y social. La escena nacional la dominaba un grupo caracterizado por su larga permanencia en los cargos principales de la administración pública. A la cabeza se encontraba el héroe de la Batalla del 2 de abril, Porfirio Díaz.
El inicio de la ruta de México hacia la reconstrucción de su estructura económica se da a partir de la consumación de la independencia, en 1821. Los siguientes 50 años fueron extremadamente difíciles, en virtud de que el país no lograba la pacificación. Entre los hechos importantes que sirvieron para trazar la ruta de México podemos señalar los siguientes: -El efímero imperio de Agustín de Iturbide (1822-23).
-El establecimiento, en 1824, de la República Federal, cuyo primer presidente fue Guadalupe Victoria.
-La separación de Texas, el 2 de marzo de 1836.
-El bombardeo del puerto de Veracruz por fuerzas francesas, en 1838.
-La anexión de Texas a los Estados Unidos, en 1845.
-La guerra contra los Estados Unidos, en 1847.
-La firma, el 2 de febrero de 1848, del Tratado de Guadalupe Hidalgo, mediante el cual México cedió a los EE.UU. Nuevo México y Alta California, recibió un pago de 15 millones de pesos y perdió la mitad de su territorio.
-De 1833 a 1854, Antonio López de Santa Anna dominó el escenario político.
-Estalló la Revolución de Ayutla en 1854, bajo el mando del general Juan Alvarez.
-En 1857 se redactó la Constitución y ocupó el gobierno Ignacio Comonfort.
-La intervención francesa en 1862.
-El imperio del archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo (1864-67).
-La restauración de la República.
-La entrada de Benito Juárez a la ciudad de México el 15 de julio de 1867.
-Juárez ocupa la presidencia desde 1858 hasta su muerte en 1872.
La muerte de Benito Juárez García, el 18 de julio de 1872, sorprendió a la nación. El licenciado Sebastián Lerdo de Tejada, de acuerdo con las leyes, ocupó el cargo para concluir el período en 1876. Al intentar la reelección, Porfirio Díaz le declara la guerra al gobierno mediante el Plan de Tuxtepec. Antes, para oponerse a la reelección de Juárez, Díaz se había lanzado a la lucha por medio del Plan de la Noria, pero fracasó en su intento de derrocar militarmente a su coterráneo.
Con el apoyo de reconocidos políticos y jefes militares disgustados con el proyecto de Lerdo, Porfirio Díaz llega al poder en 1876. Entre los hombres que apoyaron decididamente el Plan de Tuxtepec figuraron: Filomeno Mata, director del "Diario del Hogar"; Vicente Riva Palacio, director del periódico "El Ahuizote"; Ignacio L. Vallarta, Donato Guerra, Manuel María Zamacona, Justo Benítez, Jerónimo Treviño, Francisco Naranjo y Trinidad García de la Cadena. Estos personajes jugaron un papel relevante durante la dictadura porfirista. A partir de su llegada al poder, salvo el período de 1880-84, cuando ocupó la Presidencia su compadre, el general Manuel González, Porfirio Díaz sólo la abandonará cuando la Revolución de 1910 lo expulsa del gobierno y del país.
Es necesario revisar conscientemente las fuentes históricas con la finalidad de reconstruir los hechos que han trascendido en la vida de la sociedad. Es con la práctica del análisis crítico como se puede explicar el presente; con el auxilio de la analogía, reflexionar en torno a la participación de los sectores y de esa manera llegar a la emisión de juicios que se acerquen a la realidad. Mediante el interés hacia los hechos históricos la población puede disipar las cortinas de humo que se imponen por medio del discurso oficialista con la finalidad de justificar sus actos. En ocasiones, mediante el servilismo de algunos intelectuales se magnifican las aberacciones de los gobernantes; los dogmatismos y la constante repetición de testimonios convencionales pueden tendenciosamente tergiversar la verdad y promover una cultura con base en conjeturas que, a la larga, pueden contribuir a deformar la memoria histórica de los pueblos y, finalmente, convertir a los sujetos en víctimas contemplativas de las circunstancias sin llegar jamás a la posibilidad de comprender justamente el contexto de su realidad como seres pensantes y responsables de la construcción de la historia colectiva.
Es mucho lo que se ha escrito sobre el período del porfiriato y aún falta mucho por escribirse. Durante más de treinta años la sociedad mexicana sufrió la prevaricación y los denuestos de un sistema que se fue desgastando apoyado en el imperio de la sinrazón y la barbarie. Para acallar a la población la dictadura optó por las persecuciones, los crímenes y las atrocidades contra sus críticos. Intelectuales honestos, periodistas íntegros y valerosos; profesores apóstoles de la verdad, políticos creyentes en la democracia, jóvenes hombres y mujeres, obreros y campesinos sufrieron los embates de la mano criminal de un sistema que se extravió en el falso orgullo de creerse insustituible.
De hecho, por la esclavitud a que estaba sujeta, la clase trabajadora aceptaba esa situación porque desconocía las bondades de la libertad. El aparato político que construyó la dictadura porfiriana la llevó finalmente al desastre. Muchos eran los inconformes que pronto se aliaron a la figura endeble, pero con propósitos bien intencionados, de Francisco Ignacio Madero González, quien, conocedor de los principios de la democracia, se prestó a encabezar una lucha que culminó con la caída de un sistema oprobioso.- M.M.H.- Mérida, Yucatán, noviembre de 1997.
Publicado En el Diario Yucatan por :Macedonio MARTIN HU

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La Revolució Mexicana
Publicación del jueves 19 de noviembre de 1998Palabrería
La Revolución mexicana
Macedonio MARTIN HU
Toda revolución sin pensamiento crítico, sin libertad para contradecir al poderoso (...) es una revolución que se derrota a sí misma. Un fraude -Octavio Paz Al margen de las interpretaciones del discurso oficial, lo cierto es que los postulados de justicia social de la Revolución Mexicana de 1910 no se han cumplido como fueron planteados.
En el último tercio del siglo pasado los responsables del proyecto liberal trazaron las directrices que debían conducir al país por el sendero de un desarrollo social equitativo. La muerte del presidente Benito Juárez, el 18 de julio de 1872, marcó el inicio de cruenta lucha entre los liberales por el poder. Sebastián Lerdo de Tejada ocupó el Poder Ejecutivo Federal en su calidad de vicepresidente de la República. Sus críticos señalan que su arrogancia y su carencia de sensibilidad política le impidieron contar con el apoyo del pueblo. Durante su gestión logró a duras penas sortear los problemas más sobresalientes y al pretender la reelección en 1876 permitió al héroe de la Batalla del 2 de abril, Porfirio Díaz, culminar en 1877 sus anhelos de alcanzar la Presidencia de la República. De esta fecha hasta 1910, México fue gobernado sólo por dos caudillos: Porfirio Díaz y Manuel González. Al concluir Díaz su primer período (1877-1880) el general González cubrió el cuatrienio (1880-1884). A partir de este año se inició el largo período del general oaxaqueño de padres indios, de la raza mixteca: don José de la Cruz Díaz y doña Petrona Mori.
Hay un hecho significativo en la vida de Porfirio Díaz. Siendo muy joven demostró tener el carácter necesario para emprender misiones importantes y contribuyó con valentía y sus conocimientos en las estrategias militares al triunfo de los liberales y la lucha patriótica contra la invasión francesa. Azuzado por sus simpatizantes, consideró llegado el momento de ocupar puestos relevantes en la política y se postuló como candidato a la presidencia en las elecciones del 15 de octubre de 1867, pero la popularidad de Juárez contribuyó a la derrota, de manera aplastante, de sus aspiraciones, obligándolo a refugiarse en su hacienda "La Noria".
En las elecciones presidenciales de 1871 participaron tres contendientes: Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Ninguno obtuvo la mayoría absoluta. El Congreso intervino para nombrar a Juárez presidente y a Lerdo de Tejada presidente de la Suprema Corte de Justicia y vicepresidente. Esta decisión enardeció a los porfiristas, que se alzaron al grito de ¡fraude! y materializaron su inconformidad levantándose en armas mediante el "Plan de La Noria". El planteamiento central del plan fue desconocer al régimen, proclamando el lema: "Sufragio libre, no reelección". Los inconformes no lograron sus objetivos y el líder se vio obligado a buscar refugio en otros menesteres en espera del momento más adecuado para alcanzar el poder absoluto.
Con la desaparición de Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada ocupó la Presidencia para cubrir el período y procedió a concluir las obras iniciadas por su antecesor, como el ferrocarril México-Veracruz. En el terreno político, estableció el Senado y amplió el apoyo a la libertad de prensa; sin embargo, no pudo evitar la animadversión de los periodistas, primordialmente de Vicente Riva Palacio, director del periódico "El Ahuizote" y del director del "Diario del Hogar", Filomeno Mata. Debido al intento del presidente Lerdo de promover su reelección, los porfiristas se declararon abiertamente en contra, lanzando hacia mediados de enero de 1876 el "Plan de Tuxtepec". El 26 de octubre el Congreso declaró la reelección de Lerdo de Tejada, pero el presidente de la Suprema Corte de Justicia, José María Iglesias, declaró ilegal la reelección. En su papel de vicepresidente, buscaba ocupar interinamente el Poder Ejecutivo. Las fuerzas militares de Lerdo, que trataron de combatir a los inconformes, fueron derrotadas por las tropas del general Manuel González en la batalla de Tecoac, Puebla. Ante este fracaso Lerdo de Tejada se vio precisado a desligarse del poder.
El general Porfirio Díaz, satisfecho del triunfo obtenido por sus correligionarios, entró a la capital del país el 6 de diciembre de 1876 y en las elecciones del 12 de febrero de 1877 alcanzó la Presidencia de la República. Luego, apoyado en los planteamientos del Plan de Tuxtepec, en 1878 promovió dos reformas importantes a la Constitución. La primera quitó al presidente de la Suprema Corte de Justicia la función de vicepresidente de la República. La segunda prohibió la reelección con un pequeño agregado: "Excepto después de un período de cuatro años".Ahora que se cumple el 88o. aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el país transita por una etapa sumamente difícil, debido a la presencia de poderosos factores que influyen en la agudización del problema que padecen importantes sectores de la población. Ante severa crisis económica de grandes dimensiones, el discurso oficial sobre el papel trascendente de la revolución en el desarrollo social de México debe abordar la realidad sin poses demagógicas. Es necesario retomar las experiencias positivas con la finalidad de reconocer las flaquezas de un modelo económico que está lejos de cumplir las expectativas que decidieron su aplicación. Al pueblo de México se le deben evitar discursos retóricos que sólo maquillan los hechos y por medio de los cuales se pretenda ocultar a la opinión internacional la crítica situación en que viven millones de mexicanos. Frente a los efectos del modelo económico fundamentado en el neoliberalismo y el programa globalizador que aplasta las aspiraciones de crecimiento de las naciones emergentes, los postulados sociales que fueron enarbolados en la Revolución Mexicana de 1910 se pueden extraviar y caer peligrosamente en palabrería.- M.M.H.- Mérida, Yucatán, noviembre de 1998.
Cometario de Macedonio Martin Hu. En el Diario Yucatan

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