Publicación del jueves 21 de noviembre de 1995
Día de la Revolución
Preguntas del pueblo
Macedonio MARTIN HU
Hoy 20 de noviembre se cumple el 85o aniversario del estallido del Movimiento Revolucionario de 1910, considerado por los estudiosos de las ciencias sociales como el movimiento social de mayor trascendencia en la vida nacional del presente siglo. En esa lucha armada los caudillos enarbolaron, entre sus demandas más sentidas, los sueños e ilusiones de un pueblo que clamaba por disfrutar condiciones de vida más humanitarias.
El propósito que perseguían los próceres que encabezaron esta revolución era acabar con un sistema de gobierno caduco que; aferrándose del poder, negaba el cumplimiento de los principios de la libertad, así como la instauración de la democracia.
El maestro Jesús Silva Herzog, en su libro: "Breve Historia de la Revolución Mexicana", cita lo siguiente: "la causa fundamental de ese gran movimiento social que transformó la organización del país en todos o casi todos sus variados aspectos fue la existencia de enormes haciendas en poder de unas cuantas personas de mentalidad conservadora o reaccionaria".
Los ideólogos de la Revolución proponían terminantemente acabar con el papel protagónico del General Porfirio Díaz Mori, fundamentando sus objetivos en la necesidad de combatir la injusticia, acabar con la miseria que agobiaba a grandes sectores de la población y enfrentar el despotismo que caracterizaba el largo período de la administración porfirista. Otra inconformidad popular era provocada por el sistema de trabajo de las masas obreras y se luchaba también para desterrar el trato infrahumano de los hombres, mujeres y niños que sufrían la vergonzante explotación en la industria minera.
El porfirismo se mantuvo muchos años en el poder porque contaba con el apoyo de los grandes terratenientes, banqueros, industriales, el odiado grupo de los científicos y los sempiternos caciques políticos que aprovechando la impunidad y utilizando todo tipo de represión mantenían en control de importantes regiones del país. Todos ellos se negaban a impulsar los cambios en la administración pública por la sencilla razón de que gozaban plenamente de bienestar y de riqueza al amparo de la paz impuesta por el anciano caudillo oaxaqueño. Los dueños del gran capital, en su mayoría de procedencia extranjera, dominaban las empresas mineras y las fábricas de hilados y tejidos, disfrutaban de innumerables privilegios y por estas poderosas razones se deshacían en elogios a las bondades del régimen y de las cualidades del viejo general.
Frente a la octogenaria figura del dictador, en cuyo pecho gustaba lucir numerosas condecoraciones, empezó a emerger la personalidad de Francisco I. Madero, quien, en sus discursos, hablaba con sinceridad y valentía al pueblo de México, que tenía hambre de pan y de tierra, hambre de justicia y hambre de libertad. Un ejemplo de los discursos temerarios de Madero es el que pronunció en la ciudad de Orizaba, Ver., el 22 de mayo de 1910. En esa ocasión expresó: "El edificio de la Dictadura ya se bamboléa, ya vacila, ya está próximo a derrumbarse y no podrá resistir el primer embate del pueblo".
Ante la intransigencia del general Díaz de ocupar nuevamente la Presidencia, mediante una nueva reelección en los comicios realizados el 26 de junio de 1910, en medio de una paz impuesta por medio del terror, se agravó la efervescencia política. El grupo revolucionario había crecido en virtud de la inconformidad general y la clara indignación del pueblo por la fraudulenta reelección del hombre que en su juventud defendió con gran valor la soberanía nacional ante la invasión extranjera. Por una de sus hazañas militares se le conoce en la historia patria como el "Héroe de la Batalla del 2 de abril".
Como resultado de esa crítica situación, se invitó al pueblo a levantarse en armas con la publicación del Plan de San Luis, firmado el día 5 de octubre de 1910 en la ciudad de San Luis Potosí por Francisco I. Madero, plan que en su parte medular dice: "Conciudadanos: Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura...".
A 85 años de distancia la sociedad mexicana con honda preocupación emite los siguientes interrogantes: ¿El pueblo de México ha superado las carencias por la que se sacrificaron más de un millón de compatriotas? ¿Se está cumpliendo cabalmente con la justicia social? ¿Existe limpieza en las elecciones? ¿Continúan vigentes los postulados de la Revolución Social Mexicana?- M.M.H.- Mérida, Yucatán, noviembre de 1995.Publicado en Diario Yucatan por: Macedonio MARTIN HU
2 comentarios:
Me encanta tu blog! Aprendo mucho aqui! Un fuerte abrazo!
Excelente!, hay que interesarse por la propia historia!
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